- ¡Adivina!
- Hummmm...¿Pizza?
- No.
- ¿Hamburguesa?
- No.
- ¿Espaguettis?
- No.
- ¡Venga, mami!¿qué hay para comer?
- ¡Comida!
- Bah, eso ya lo sé.
Su madre siempre le respondía lo mismo a aquella diaria pregunta.
- Pues no lo has adivinado.
- Mamá, ahora en serio...¿qué hay para comer?
- ¡Adivina!
- ¡Comida! - respondió con sarcasmo el pequeño.
- Y si ya lo sabes..., ¿para qué preguntas? -zanjó sonriente su madre.
Ay que realidad más grande. Me ha recordado a mi madre. Siempre me decía lo mismo. Muy real, me ha gustado mucho. Un besillo.
ResponderEliminarCreo que son conversaciones atemporales, jajaja.
EliminarUn besito María
Es idéntico a las conversaciones entre mis hijos y yo. jajajaja. Me parto. A mi hijo el pequeño no le hacía ninguna gracia. Él prefería que le dijese el menú para poder pelear un poco antes de comer. Un besito
ResponderEliminarSi, Mercedes. Esas interminables protestas, sobre todo cuando en el plato predomina el verde jijii
EliminarUn besote