Todo, o casi todo lo había aprendido de su abuela. Sus sabios consejos le habían servido para embarcarse en aquel negocio y reformar la vieja lechería que había heredado de ella.
Se alisó el traje chaqueta de Hugo Boss, había sido un capricho comprado con el beneficio de su primera venta.
Echó un último vistazo al espejo para asegurarse de que todo estaba en su sitio y se puso "manos a la obra".
Mientras llevaba un nuevo lote para vender, pensaba en lo que haría con los próximos ingresos.
Posiblemente invirtiera en alguna empresa floreciente o comprara alguna red social, tan de moda últimamente.
Iba tan abstraída con sus pensamientos, que un tacón de sus "Manolos" se enganchó en el agujero de una alcantarilla. El traspiés casi la derriba.
La nevera salió disparada de sus manos, estampándose en la acera. Observó horrorizada como el golpe hacía saltar el cierre y el contenido rodaba por la calle.
Su abuela, siempre le advertía que no fuera tan despistada, incluso le había contado cómo sus sueños infantiles se fueron al traste por un tropezón como aquél.
Sonreía recordándola, mientras devolvía el último bote a su lugar. Se tomó un momento para observar, a través del plástico transparente, el valioso contenido.
Leyó la etiqueta:
Extracción 12/3/2015
Lote 425
Origen España
Nº del ejemplar 176
COMPROBADO
La calidad era la premisa de su empresa, otro motivo de orgullo.
"Leche de primera" concluyó con satisfacción, mientras aseguraba de nuevo el cierre de la pequeña nevera.
Su abuela estaría orgullosa.
Aquel mérito era propio.
La brillante idea de cambiar las vacas, había sido lo que le había dado un nuevo auge al negocio. Además, aquellos animales tan toscos nunca le habían gustado.
"Los hombres huelen mejor" pensó mientras continuaba su camino hacia la clínica de inseminación.
Relato participante en "La cara B" de los cuentos clásicos,organizado por "El círculo de escritores"
jajajajaja, cuestión de leches! Todo un negocio! Algún día llamaré a Elisa. Bueníssimo María, no me esperaba ese giro XD. Un abrazo
ResponderEliminarParece que al menos, resulta más rentable jajaja.
EliminarSerá cuestión de coger recortes!
Un abrazo Ana Lía, me alegro de haberte sacado una sonrisa.
Actualizarse o morir!! jajajaja. Un final sorprendente de veras, menuda empresaria la tal Elisa.
ResponderEliminarMuy bueno, María, y muy original :)
Un beso y feliz finde!!
Es la máxima, Julia!
EliminarMe alegro de que te haya gusta y entretenido un rato.
Buen fin de semana y un besote
Vaya, con Elisa. Un buen final. Besitos
ResponderEliminarY parecía tonta cuando la compramos! Que se dice por ahí,jajaja..
EliminarMuchas gracias Mercedes.
Besos.
Vaya, vaya, es lista la tal Elisa, adaptándose a los tiempos. Grandísimo final. Un abrazo.
ResponderEliminarMuchas gracias María!
ResponderEliminarUn beso.
Adaptándose a los nuevos tiempos, la nieta de la lechera; una emprendedora nata.
ResponderEliminarUn final sorprendente, María.
Un saludo.
Gracias Ricardo, "renovarse o morir" el lema de la semana.
EliminarUn abrazo.
no solo me parece una versión genial, síno además totalmente necesaria, la moraleja que más me disgustó con su primera lectura, de niño, fue el de la Lechera, me daba la sensación de que alguien me quería decir que dejara de soñar si quería cumplir mis propósitos, en esta versión se culpa al mero despiste y se ensalza el poder de los sueños y la inventiva a la par de que es divertido y audaz.
ResponderEliminarUn árbol maduro de una semilla de la literatura.
Un abrazo María!
Si, Edgar. También es un cuento que me dejaba un cierto regusto a desesperanza. De ahí el cambio, que caray! Si puede soñarse, puede hacerse.
EliminarMuchísimas gracias, me alagó mucho tu comentario.
Un abrazo y buen fin de semana.
Es muy bueno María. No hay que perder el humor. Saludos y comparto.
ResponderEliminarMuchas gracias, Carlos.
EliminarMe alegro de que te haya gustado y te hayas reído un rato, misión cumplida! ;-)
Un abrazo.
Me ha encantado, María..jajaj, buenísimo desenlace, no me lo esperaba.
ResponderEliminarMuy bueno el relato.
Un abrazo¡
Gracias Clara. Me encanta arrancaros sonrisas!
ResponderEliminarUn abrazo muy fuerte.
Estoy seguro que cuando Esopo escribió esta fábula jamás pensó que podría tener un desenlace tan inesperado. Muy bueno1
ResponderEliminarMuchas gracias!
EliminarMuy divertido María, me ha gustado, un saludo!!
ResponderEliminarMuchas gracias Sonia. Un beso
EliminarSaludos, bueno esa empresaria siempre tras la innovación, qué final! Éxitos!
ResponderEliminarLos nuevos tiempos, Mery, jajaja
EliminarMe alegro de que te haya gustado. Un besote
Me encantó ese giro y el final fenomenal.
ResponderEliminarMuy bueno.
Un abrazo.
Muchas gracias Lucía.
EliminarUn abrazo
Jajajajaja, flipando me quedo con el cuento!!! Muy bueno María
ResponderEliminarGracias Javier, me alegro de que te hayas reído un rato. Un abrazo
EliminarTotalmente inesperado ese giro, María.
ResponderEliminarYa me había llamado la atención ese "manos a la obra" entre comillas; y sí, se lee tan distinto ahora...
Muy bueno. Un abrazo.
Si Fede, jajaja, una vez releído cobra un nuevo significado. Muchas gracias.
EliminarUn beso.