Sería aquella noche, estaba convencida. Hacía días que lo veía, cada vez más cerca.
Al principio había sido tan solo un movimiento al pasar, poco a poco fue tomando forma y ahora la atormentaba a cada hora, a cada minuto.
No tenía claro de dónde tomaba su poder, la energía suficiente para materializarse. No era de este mundo, de eso si estaba segura.
La puerta de la habitación se cerró con fuerza, las ventanas cerradas la miraban con cara de inocencia, ni una brisa cruzaba la sala.
Creía estar sola en la casa, pero él estaba allí, enfadado, agresivo, y cada vez más cerca, más poderoso. Podía sentirlo, estaban conectados.
El reloj dio las doce, noche de difuntos, la hora bruja, la espera la estaba matando. Sus dedos tamborileaban en la mesa de café, de un salto se levantó del sillón y fue hacia la cocina. Necesitaba agua, un regusto amargo se había apropiado de su paladar.
Un brillo en el gran espejo del salón captó su atención, sus ojos se posaron en él ávidos de información. ¡Atrevidos, osados e ignorantes ellos!
Allí estaba, a través del espejo lo podía ver, ese rostro desfigurado que la atormentaba de día e irrumpía en sus pesadillas nocturnas.
Sus ojos eran dos cuencas vacías y la ausencia de una buena parte de su mandíbula, dejaba al descubierto la cavidad oral. La lengua, sin una pared en la que sostenerse, caía desmesuradamente grande, hacia un lado.
Se acercaba, lo tenía a unos tres metros y ella, como hipnotizada, seguía mirándolo a través del espejo, viendo su agonizante avance.
Sólo cuando el ser extendió su mano para alcanzarla, reaccionó. Se giró rápidamente para hacerle cara a ese monstruo deforme, pero no había nadie.
Un miedo mayor del que había sentido jamás la invadió, dio un paso atrás en busca de la seguridad de la pared. No la encontró, en su lugar topó con el gran espejo, que no detuvo su retroceso.
La caída fue breve. Detrás del espejo, unas manos la asían con firmeza, mientras una lengua desmesurada rozaba su cálida mejilla.
Se me ha helado la sangre. Terrorífico. Esta noche no duermo. Un beso. PD: Escribes muy bien.
ResponderEliminarMuchísimas gracias, Javier. Aunque no era mi intención quitarte el sueño jajaja. Un abrazo, siempre es un placer tenerte por aquí.
EliminarEscalofriante. Me ha gustado, durante unos días creoq ue no podré mirarme al espejo de la misma manera...
ResponderEliminarNos veo peinándonos rapidito jajaja, los maridos no tendrán queja! Un abrazo María.
EliminarMuy buen cuento, me encantó el modo en que narras la historia.
ResponderEliminarUn saludo!
Gracias Federico y por compartirlo. Un abrazo
EliminarHay otras vidas, probablemente terroríficas, tras de los espejos. Has creado una atmósfera gótica y angustiosa alrededor de uno de ellos. Muy, muy inquietante, María. Salu2
ResponderEliminar¿Qué nos espera después? Nadie lo sabe, a lo mejor acabamos viendo este mundo a través de un espejo, ambicionando lo que aquí dejamos.
EliminarGracias Fernando.
Aterrador!!!
ResponderEliminarGracias Mónica
Eliminaroh! que joda!!1 me dará cosa hoy cuando me vaya a peinar en frente al espejo esta noche,siempre he sentido algo raro cuando todas las noches me echo mi cremita o me peino, aveces no me peino,pero me hago moñitos...jiji y siempre tengo la sensación que alguien me mira....mm despues de tu relato seguro que miraré con mas detenimiento...o me acueste sin hacerme nada:(...me dejaste preocupada! que mala eres!...
ResponderEliminarme gusto mucho tu relato.excelente! te dejo besosss!
Jajaja, es que a mí también me dan mucho yuyu los espejos, de ahí la inspiración. ;-)
EliminarMe alegro de que te haya gustado, a pesar del sufrimiento posterior. Un abrazo Ady
Bueno..!! Esto es fantástico..!!! Fantasmagórico, me hiela la sangre y me inquieta..y me maravilla, María..Has dibujado imágenes nuevas en el terror que conocía, has innovado..Muy bueno..!! Gracias por compartir
ResponderEliminarGracias, Alfmega Marin. Me alegra haberte transportado a otro mundo, aunque sea al tétrico interior del espejo...Un abrazo muy fuerte.
EliminarMe lo pensaré antes de acercarme demasiado de un espejo de noche...Muy bien escrito María Felicitaciones y saludos desde Francia.
ResponderEliminarGracias Eric! No sabremos nunca que hay detrás observandonos. Un saludo
EliminarMe encanta María. Da pavor. La descripción de esa cosa es escalofriante. Creo que me estaré quietina sin espejos durante un tiempo, siempre me dieron algo de miedo. Un besote
ResponderEliminarGracias Ana Lia! A peinarse de oreja jajaja. Un abrazo
EliminarSaludos María, muy bueno tu relato. Le entra uno miedo con los espejos. Éxitos y bendiciones!
ResponderEliminarMuchas gracias Mery! Un abrazo muy grande.
EliminarMuy buneno. Narración fluida que engancha desde el principio y un argumento aterrador. Saludos.
ResponderEliminarMe alegra que te haya gustado, Ricardo. Un saludo y felicidades por el premio.
EliminarUn relato capaz de mantener el suspense y con un final original e inesperado. Saludos.
ResponderEliminarMuchas gracias, Jorge! Saludos.
EliminarMuy bueno, María, aterrador. Saludos
ResponderEliminarGracias Paola! Un abrazo.
EliminarGran relato de terror María, enhorabuena, seguiré tus pasos... Mejor, tus letras...
ResponderEliminarMuchas gracias Edgar, será un placer tenerte de visita siempre que te apetezca, para mí y para mis letras. Un abrazo.
EliminarMe alegro por el premio, enhorabuena!!
ResponderEliminarGracias Paola
EliminarIntentaré no estar esta noche frente a un espejo a las doce. Genial. Besos.
ResponderEliminarGracias chiquilina, si aparece algo en el reflejo me avisas y entre las dos le damos una colleja :-*
EliminarTerrorífico. Me ha gustado el relato.
ResponderEliminarMe alegro de que haya sido de tu agrado. Muchas gracias, Náufrago!
EliminarUn saludo.