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miércoles, 4 de marzo de 2015

Verde esperanza

 Patricia los veía, se escondían en el gran helecho, cerca de la verja. Hoy iba decidida a cazar.
Haciéndose la despistada se sentó en la base de la planta, tan cerca como le permitía el denso follaje.
Un rápido movimiento a su derecha y su mano se alzó como un muro, parando en seco la recién emprendida carrera del pequeño ser.

–¿Qué eres y a dónde ibas tan rápido?–preguntó llena de curiosidad.

La mirada del ser se desvió hacia la casa de al lado, donde la vecina recogía el correo.  Su rostro se tensó, no eran buenas noticias.

–Soy un duende e iba a por comida. Se me ha pasado la oportunidad ¡Por tu culpa!
–Pensé que este helecho os alimentaba.
–Nuestra sangre es verde, como la esperanza y de eso nos alimentamos,cuando alguien  la pierde, nosotros debemos estar ahí para cosecharla.
–¡Eso es horrible!
–¿Eso crees?¡Pues tengo una noticia que darte!

El duende hizo un movimiento veloz, mientras Patricia sentía un dolor punzante en el dedo.
Una gota de sangre emergió ¡Verde!
La desesperación la embargó mientras su cuerpo cambiaba, viendo como la barriga del duende se abultaba.


                             
Microrrelato participante en el concurso "Microfantasy II" organizado por el círculo de escritores.



24 comentarios:

  1. Eso significa que no hay que perder la esperanza!
    No lo haré, te lo aseguro ( por si las moscas)

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    1. Pues si, Paola! Jamás, o nos convertiremos en alimento de crueles duendes.
      Un abrazo.

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  2. Me ha faltado decirte que el relato es precioso, muy bien escrito e ingeniado. Saludos

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  3. Me ha gustado mucho el relato María. Felicidades

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  4. El mal se alimenta de la perdida de la esperanza, bien inscrito el mensaje al mundo de fantasía del micro.
    Un abrazo María!

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  5. Un argumento muy original para tu micro de fantasía, María. Es cruel alimentarse de la esperanza de otros, pero así es la cadena alimenticia de los duendes, no? ;)

    Me ha encantado, un abrazo!!

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    1. Nada se crea ni se destruye, Julia. Se transforma en alimento de malignos duendes jejeje
      Un abrazo enorme

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  6. Muy original María... vaya con esos enanos verdes...
    Un saludo!!

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    1. Muchas gracias, Sonia! Pequeños monstruos jejeje.
      Muchas gracias y un abrazo.

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  7. Es fantástico María y gran moraleja. No podemos perder la esperanza jamás. Precioso, un abrazo fuerte!

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    1. Si, Ana Lía, o nos encontraremos a una pandilla de duendes hambrientos a nuestros pies.
      Un beso

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  8. Me ha encantado. La esperanza es lo último que se pierde ¿no? Y si la perdemos la volveremos a encontrar, eso si, si un duende no se la ha comido antes. Un besazo.

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    1. Creo que tiene grandes bocas, así que mejor no tentarlos y mantenerla donde está. Un abrazo enorme,María

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  9. Muy bueno María. Que los duendes se alimenten de la esperanza me ha encantado. :)
    Un saludo.

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  10. A no perder la esperanza o seremos alimento para duendes. Muy buena metáfora. Buen micro, María!
    Un saludo.

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    1. Gracias Federico! Me alegro de que te haya gustado.
      Un abrazo

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  11. Buen relato, aunque lo leí dos veces por que confieso que la primera vez no me había quedado claro lo de la sangre verde y creí que es que la había convertido en duende ja ja ja
    ¡Saludos!

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    1. Pues decirte que lo pillaste a la primera!
      Le parecía horrible tener que alimentarse de las esperanzas perdidas de los demás y tendrá que hacerlo para siempre.
      Perdió su propia esperanza!
      Un abrazo

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  12. Saludos María, excelente tu relato, lleno de creatividad y con un final muy interesante. ¿Será que así surgió el primer duente?. Si se pierde la esperanza se muere y de muchas maneras. Cariños y bendiciones!

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  13. Pues es un buen planteamiento Mery! Daría para mucho tu teoría.
    Me alegro de que te haya gustado.
    Un abrazo muy fuerte

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